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El juego del ulama
En Sinaloa el juego del ulama es considerado orgullosamente como el más auténtico rostro cultural del estado ante el mundo. Descendiente de la versión prehispánica del juego de pelota mesoamericano, es una de las más antiguas tradiciones deportivas que han existido, en donde la fuerza física y destreza son requeridas para no salir lastimado.
En el pasado se consideraba como el enfrentamiento de dos fuerzas opuestas en donde alguna de ellas tendría que triunfar, como la inefable lucha entre la vida y la muerte, el bien y el mal o la constante rivalidad entre el día y la noche.
El ulama se juega en una cancha llamada taste (del náhuatl Tlachtli que significa “patio” o “cancha”) que puede ser de diferente tamaño dependiendo la modalidad del juego y utiliza para practicarse una pelota de hule macizo que pesa 4 kilos y mide 8 pulgadas.
Se puede jugar en tres distintas modalidades: de cadera (la más popular), de antebrazo y de palo o mazo. Se ha establecido un tiempo máximo de dos horas para el juego.
Los jugadores sólo visten un taparrabos hecho de tela o cuero, reforzado en la parte de la cadera que es el lugar del cuerpo en donde se recibe el impacto. Se han encontrado tastes antiguos en diferentes partes del noroeste del país incluso en algunas regiones de los estados de Arizona y Nuevo México en los Estados Unidos.
En la actualidad las regiones de México donde se practica este milenario juego son los estados de Sinaloa, Zacatecas, Michoacán, Guerrero, Oaxaca e incluso en la Ciudad de México.
El juego del ulama de origen prehispánico se ha transmitido de generación en generación y está íntimamente ligado a la tradición popular y representa un puente que une el pasado con el presente de México.
Por Patricia Tapia Zatarain