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Ciudad de Zacatecas

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Uno de los lugares más hermosos de México es sin duda la ciudad de Zacatecas. Con infinidad de lugares para visitar garantiza diversión, recreación y cultura, sin olvidar la tradicional hospitalidad de su gente.

Recorrer sus zigzagueantes calles, observar su arquitectura, el arte de sus museos y sus tradiciones nos brinda la experiencia de tener la sensación de vivir en una época pasada.

Zacatecas es una ciudad colonial y moderna, que cuenta con lugares maravillosos para visitar, algunos de ellos son:

• El Cerro de la Bufa, que además de ofrecer una impresionante vista panorámica de la ciudad, incluye el Observatorio Meteorológico y el Mausoleo de los Hombres Ilustres, dedicado a célebres personajes zacatecanos, la Capilla del Patrocinio, donde se venera a la Virgen patrona de la ciudad y el Museo de la Toma de Zacatecas donde se pueden observar fotografías, piezas de artillería, entre muchas otras cosas sobre la Revolución Mexicana.
• La Catedral, es uno de los templos más hermosos de México. Imponente en cantera rosa comenzó a construirse en 1731 y se terminó en 1752, presenta en su fachada un exuberante decorado con una representación de la Santísima Trinidad.
• La Mina del Edén es uno de los atractivos más originales de la ciudad,   ofrece un espectáculo inolvidable a través de sus túneles y galerías. El socavón “La Esperanza” y la caminata por el túnel del socavón “El Grillo” son toda una aventura.
• El teleférico ofrece una de las vistas panorámicas más espectaculares de la ciudad, con 650 metros de extensión y 76 metros de altura cruza la ciudad en tan sólo 7 minutos.
• Por último quiero mencionar de entre otras muchas opciones; la visita a los principales museos de la ciudad y el arte que representan: El Pedro Coronel de arte universal, el Rafael Coronel de máscaras mexicanas, el ya mencionado Toma de Zacatecas sobre la Revolución Mexicana, el Manuel Felguérez de arte abstracto, el Zacatecano de arte huichol, el Francisco Goitia de arte contemporáneo y la Galería Episcopal sobre arte religioso.

Por Patricia Tapia Zatarain