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Los 4 corazones

1.- El del apático: Existen diferentes niveles de fuerza en el corazón de cada persona; el nivel más bajo es el del apático el que no quiere nada ni se entusiasma con nada; es el nivel más bajo de motivación, resultado de un corazón muerto. Quien posee un corazón muerto no desea alcanzar ningún tipo de logro, quiere sólo sobrevivir, y pasarla como si estuviera vivo, cuando en realidad está muerto en vida. Si le preguntas qué es lo que quiere lograr no te contesta te dirá algo así como: “lo que la vida me traiga, después pensaré en eso”. Al final no logran nada, la razón es y será siempre que nunca quiso en realidad lograr nada y al final lo consiguió.
2.- El del adormilado: Existe otro tipo de gente que llamamos de corazón adormilado. Ésta es la clase más numerosa. Tiene un corazón adormilado aquella persona que llena de ilusiones de ahí no pasa. Si le preguntas sobre sus planes te contestará con una voz que apenas escuchas: ¡Terminar mi carrera! Al decirte esto notarás que no le interesa mucho lograr lo que está diciendo, al pasar los años te dirá que no pudo terminar su carrera porque tuvo que ponerse a trabajar para mantener a su familia u otra excusa, que no es sino una manera de cubrir su escaso interés por lograr sus metas. Y esto es producto de su corazón adormilado. Este corazón está también enfermo; no es el corazón de un campeón. Un deseo débil llega a resultados también débiles.
3.- El de doble ánimo: Existe un tercer tipo de persona con un corazón lleno de deseos. Pero tienen la enfermedad del doble ánimo; les pasa que la misma palabra dice: ¡son inconstantes en todos sus caminos! Salen de una conferencia de superación llenos de planes y deseos de logros; se sienten fuertes, capaces y poderosos. No los reconoces. Pero, a la semana siguiente son los mismos de siempre, son como el que lee un libro y se motiva, pero ese entusiasmo con que cargó la batería de su corazón le dura poco. Los corazones de doble ánimo no sirven para alcanzar resultados permanentes.
4.- El de un triunfador: La fuerza que puede hacer frente a las situaciones más adversas, peligrosas y difíciles para conducirnos hasta la cima se encuentra ubicada en el corazón. El querer algo, el apasionarse por ello, desearlo con firmeza es la fuerza que mueve a las personas a alcanzar sus metas.
¿Que corazón tienes tú?
Fragmento de la obra “Enciclopedia de las virtudes para padres y maestros”. Autor: Pablo Zamora